Si existe un material orgánico que ha marcado la historia de la humanidad, sin duda ha sido el caso de la madera. Cabañas, armas, herramientas, esculturas, instrumentos musicales. Hasta el día de hoy, y a pesar de los nuevos materiales sintéticos, seguimos prefiriendo la madera no solo por sus cualidades, sino también por las sensaciones que nos ofrece. Y de esto sabemos mucho los que hemos dedicado nuestra vida a trabajarla.
Cuando hablamos de tradición, hay algo que es difícil de transmitir a quienes no conocen lo que significa tener metido en la sangre el olor de la madera. El sonido de las cuchillas cuando traspasan décadas de anillos para descubrir en su superficie, una calendario testigo de otra época. Como ya comentamos en la Historia del Longboard e Historia del Longboard II, los habitantes primigenios de Hawái se aventuraron a surcar olas trabajando las tablas que extraían de árboles como el Wili Wili o el árbol de Koa.
El hombre ha sentido la necesidad de rodearse de madera, así tras siglos de experiencia, desde las primeras flechas y canoas, hasta los retablos de las iglesias o los instrumentos de cuerda más sofisticados, siempre ha existido un artesano que ha querido sacar de la madera sus mejores cualidades para aprovecharlas a su favor. Así tanto artesanos egipcios, como griegos y romanos compusieron sus formas pétreas en base al uso de la madera en los templos primitivos, así las metopas y triglifos del orden dórico responden a las formas arquitectónicas en madera de los primeros templos, de la misma manera en que las columnas palmiformes egipcias reproducen los postes rematados con hojas de palmera, aquellas con las que se delimitaban recintos sagrados o se señalaban tumbas menfitas antes de la III dinastía.
La especialización surgida desde el uso del acero, fue creando profesiones cada vez más especializadas. Por ejemplo, el etnólogo Xaquín Lorenzo, en su libro etnográfico Os oficios, distingue hasta seis tipos de carpinteros: Fraguadores, Selleiros, Carpinteros de ribera, Cuberos y Torneros y Carpinteros de taller, dentro de los cuales se incluían a los Ebanistas; a quienes desde la antigüedad se les consideraba como la nobleza de todos los carpinteros por su trabajo de maderas finas y elegantes torneados.
Todo el trabajo realizado en nuestras tablas, respeta la tradición que por generaciones se han ido transmitiendo en este oficio tan emocionante. En Long Days trabajamos con pasión este legado y conocemos perfectamente lo que significa la palabras: tradición, legado y patrimonio.